
El coche y la planificación
«La ausencia de ruido ayuda mucho a amenizar el viaje: para mí fue una gran ventaja», señala Sterpa. Una vez más, el coche de su largo viaje fue el Ford Mustang Mach-e, el SUV eléctrico de Ford que se inspira en el estilo y la deportividad del emblemático Mustang. El suyo, equipado con una batería de 99 kWh, garantiza largas distancias, lo que minimiza la ansiedad de la recarga. Una ansiedad que no se refleja en la realidad: actualmente, con miles de infraestructuras de recarga en Italia (de las que Enel X Way es el principal proveedor, con más de 16 100 puntos de recarga instalados en la Península) y en el resto de Europa, es difícil quedarse sin electricidad.

Holanda

Con su mujer y sus hijas, Sterpa partió rumbo a Holanda para llegar a La Haya. Primero, una parada para recargar en el McDonald's de las afueras de Bérgamo, y luego a la ciudad con vista al Mar del Norte, donde es posible tomar contacto con el espléndido complejo arquitectónico –de estilo gótico y renacentista– conocido como el Binnenhof, sede del Parlamento holandés. Durante su escala de dos días en La Haya, Sterpa y su familia pudieron admirar las obras maestras de la Mauritshuis, el famoso museo de La Haya donde se conserva el célebre cuadro «La joven de la perla», de Jan Vermeer, para luego hacer una visita al «Madurodam», el equivalente holandés de nuestra «Italia en miniatura». Y también hubo tiempo para hacer una parada en Ámsterdam y visitar el Museo Van Gogh.
Suecia
De vuelta a la carretera desde La Haya, en caravana con el Tesla Model S de un amigo holandés, Sterpa se dirigió a las Piedras de Ale, el famoso complejo megalítico del sur de Suecia, el «Stonehenge» escandinavo. Luego, yendo hacia el norte, fue el turno de Estocolmo, la capital sueca, donde la visita a Gamla Stan, el casco antiguo, con su plaza principal («Stortorget») y sus característicos edificios de color pastel, es siempre imprescindible. Aún más al norte, todavía en el condado de Estocolmo, la pequeña ciudad de Sigtuna ofreció a nuestros modernos turistas unas impresionantes vistas del lago Mälaren, uno de los más grandes del norte de Europa.

JuicePass es fundamental

Llegar hasta aquí, a casi 2200 kilómetros de Bérgamo (sin contar los desvíos), implicó, obviamente, múltiples paradas para recargar el Mustang Mach-e, así como el Model S que lo acompañaba, sin mayores inconvenientes. El mérito también es de nuestra app JuicePass, que está conectada a más de 220 000 puntos de recarga en todo el mundo, gracias a los acuerdos de interoperabilidad que, además, permiten recargar desde infraestructuras de operadores distintos a Enel X Way. Todo ello con un solo registro: cómodo, ¿verdad?
Sobre el Círculo Polar Ártico
Volviendo al viaje hacia Cabo Norte, el itinerario implicaba entonces atravesar Laponia, sin duda uno de los lugares de paso más impresionantes: «Cada vez que cruzabas una colina, todo lo que podías ver era una extensión interminable de bosques de coníferas», atestigua Sterpa. «Obviamente, este paisaje hizo que las largas horas de viaje me resultaran mucho más llevaderas». Sin embargo, el panorama es cambiante: «A medida que nos acercamos a Cabo Norte, se produce un cambio de paisaje con una extensión más árida, con una vegetación que poco a poco se vuelve casi tupida».

Todavía en Noruega

Después de Nordkapp, era hora de que nuestros viajeros volvieran al sur. No sin algunas paradas intermedias: aún en Noruega, pasaron por el archipiélago de las Islas Lofoten, quedando deslumbrados por Svolvær, la ciudad más antigua del Círculo Polar Ártico. También en Noruega, tuvieron la oportunidad de ver dos hermosos ejemplos de «stavkirke», las características iglesias medievales de madera. La primera, en Borgund, es la más antigua del país, hasta el punto de ser reconocida por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. La otra, se encuentra en Laerdal y está considerada como una de las mejor conservadas de Noruega.






