Los coches híbridos están disponibles en dos versiones: con sistema de recarga y convencional. Los coches híbridos recargables, también conocidos como vehículos eléctricos enchufables o PHEV, tienen una batería que se puede recargar desde la red eléctrica, además de un motor de gasolina convencional con depósito de combustible. El motor de combustión y el motor eléctrico proporcionan potencia mecánica y la energía se recupera del frenado.
En cambio, los coches híbridos convencionales (los denominados Full Hybrids) tienen una batería que no se puede cargar desde la red, así como un motor de gasolina convencional con depósito de combustible. El motor de combustión y el motor eléctrico proporcionan potencia mecánica y la energía se recupera del frenado.
Las ventajas de un coche eléctrico son múltiples. En Italia, por ejemplo, existen aparcamientos gratuitos exclusivos; con ellos, está permitido el acceso a zonas de tráfico restringido; gozan de incentivos y subsidios nacionales y locales, así como de exenciones de impuestos viales y primas de seguro reducidas.
Hay tres tipos de coches eléctricos: eléctricos puros, eléctricos híbridos enchufables y eléctricos de autonomía extendida.
Un coche totalmente eléctrico es propulsado por un motor eléctrico, usando energía almacenada en baterías recargables.
Los coches eléctricos híbridos enchufables son vehículos eléctricos que pueden cargarse con la red eléctrica y una batería interna recargable. Esto significa que pueden recargarse en una estación de carga, usando un adaptador de red, o desde un enchufe estándar del hogar.
La batería se recarga mediante un enchufe de red.
La energía de la batería se utiliza para velocidades más altas y distancias más largas.
Los coches eléctricos de autonomía extendida son coches eléctricos con baterías más grandes, que pueden cargarse desde una fuente externa, de modo que puedes cargar tu coche eléctrico en casa mientras duermes, en el trabajo durante el día o en una estación de carga pública.